sábado, 15 de mayo de 2010
Todo y nada.
A veces el destino es bastante sabio. Muchas veces no existe, muchas veces es tan real y verdadero que parece que todo girara en torno suyo. Destino o no, es una sucesión de eventos afortunados o desafortunados, ocurridos en alguna secuencia de tiempo, ocurridos de tal manera que los individuos se cuestionen el por qué de tales situaciones, el por qué de tales secuencias "hechológicas" que conforman el diario vivir. Aunque la vida sea corta y pase rápido, es normal y muchas veces natural cuestionarse cosas existenciales; interrogantes propias y emergentes del ser humano, que dan pie a un sin fin de respuestas. Religión por un lado, teorías por otro. Ciencia, investigación, literatura y poesía, magia y esoterismo, escepticismo y sexto sentido. Hay tantas cosas en la mente, tantas variantes en las vidas paralelas de los seres. Y el tiempo es inmortal. Avanza sin detenerse, sin poder volver atrás. Borrar algo que se dijo, algo que se hizo. Es imposible según las leyes de la vida terrenal, según las reglas naturales de esta dimensión. Podemos viajar en sueños, pensar cada vez que podemos, en algún momento particular que nos traiga una sensación placentera, pero aquel momento sólo se revive en la práctica. Y surgen las fotos, surge el cine y el dibujo, para intentar plasmar de alguna manera momentos que no se repetirán jamás, intentando recrear en el cerebro aquella situación específica. Pero por qué complicarse tanto el respirar y funcionar. Es porque interactuamos, nos llenamos de sentimientos que hacen despegar un poco la razón de la tierra. Sentimientos que nos hacen volar un poco, nos elevan como poniéndole helio a los hechos concretos, creyendo que no sólo somos entes solitarios, si no partícipes de un conjunto de seres vivos. Un ecosistema que convive en equilibrio, y que no se daña a sí mismo, por conocimiento previo, por sabiduría innata no se maltrata ni se auto-destruye. Al final de todo, sólo queda el amor. No se puede explicar cómo aparece, ni menos como muere. Quizás es como la energía, que no se crea ni se destruye, sólo se transforma, pero siempre estará allí. Y la vida es una secuencia sin vuelta atrás, llena de preguntas, ganas de reír y llorar. Ganas de lanzarse y caer por horas, ganas de dormir y de despertar. Ansias y demandas personales. Un conjunto de cosas extrañas que conforman la existencia. Un enredo que termina por confundirse, pareciendo desaparecer entre tanto y nada al mismo tiempo.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario