jueves, 29 de abril de 2010















Son teclas y texturas suaves, melodías que emergen de a poco, desde su niñez o mi adolescencia. Talentos y sueños plasmados en manos y oídos que tienen el propósito de hacer más vivos los colores del arcoíris, de cambiar un poco la mentalidad vanal y superficial. Son gritos de libertad al cielo de las nubes de algodón y al suelo de las flores de mazapán. Los dedos se transforman en los creadores más importantes de la historia. Desde los dedos del mono hasta los del humano que supo crear y destruir en menos de un segundo. Pero son los susurros de las cuerdas, la presión de las teclas, lo que impulsa a los suspiros para que lleguen muy alto y muy lejos, es lo que impulsa para que nuestras manos se junten, nuestros ojos se comprometan y emitamos mariposas de nuestras bocas, emanando amor puro y arte verdadero. Sabiendo desde el fondo y desde siempre que al final de todo sólo nos quedamos los unos a los otros, que lo material va más allá, y que hasta el fin de nuestros días podremos mirar al frente y decir con convicción que seguimos creyendo lo que siempre hemos creído. Y ningún rezo ni ningún arma derrocará lo que las teclas, las manos y los ojos pueden soñar, pues los sueños no se rompen, son eternos y siempre estarán. Ni el miedo ni el llanto podrán tirar por la borda las convicciones de quienes quedaron atrás y dejaron grandes huellas. Porque es así como funcionan las cosas, de manera natural y de la mejor manera posible. Aunque escuche de vez en cuando esos gritos en mi cabeza, serán capaces de esfumarse gracias al brillo de tus ojos, gracias a las caricias de tus manos, gracias a los mismos sueños que nos hacen inmortales ante todo.

1 comentario:

  1. un poco de todo eso se trata ser inmortal hasta la muerte, los sueños imperecederos, que nos llevan mas allá del fin (:
    saludos gabba, me gustó mucho tu blog

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